Foto: Turbinas eólicas en la niebla; creador: Phiteros; CC BY 4.0 DEED, Atribución 4.0 Internacional
Uno de los mayores obstáculos para la energía verde es el despilfarro de la energía eólica, como lo ilustran las gigantescas turbinas eólicas, a menudo inactivas, visibles desde muchas carreteras. A pesar de décadas de esfuerzos y miles de millones de dólares en gastos, la energía eólica todavía no puede amortizarse por sí sola.
Las temperaturas mínimas récord en todo Estados Unidos el otoño pasado incluyeron lluvias de nieve en octubre en ocho estados del medio oeste. Se sintieron descensos de temperatura de 20 y 30 grados desde Dallas hasta la costa este. Los inviernos fríos y los rápidos descensos de temperatura requieren que haya energía asequible para mantener a todos calientes. Sin una infraestructura energética asequible, habrá más shocks inflacionarios, lo que exacerbará un problema ya catastrófico.
En agosto de 2000, General Electric era la empresa más valiosa del mundo, con una capitalización de mercado de 601.000 millones de dólares. Hoy, mientras pierde mil millones de dólares al año en sus parques eólicos marinos que oscurecen la visión del océano para muchos estadounidenses, el valor de la empresa fundada por Thomas Edison ha caído más de un 80 por ciento.
Las turbinas eólicas no producen energía cuando más se necesita, como en días muy calurosos o muy fríos, y sus costos de mantenimiento son prohibitivos. El suministro inconsistente de energía de las turbinas eólicas provoca picos que dañan la red eléctrica.
El aumento de las tasas de interés ha eliminado miles de millones de dólares en pérdidas operativas generadas por ruidosos y antiestéticos molinos de viento. Dado que los préstamos a bajo interés ya no están disponibles, las empresas de energía verde se verán obligadas a buscar miles de millones más en subsidios del gobierno federal para compensar las crecientes pérdidas.
Las turbinas eólicas obtienen muy poco rendimiento por su inversión. La energía eólica es una perspectiva perdida, y la idea de que más turbinas eólicas podrían hacer que Estados Unidos sea neutral en carbono sin endeudarse enormemente es una quimera. El programa de energía verde es una moda pasajera y se basa en el dudoso dominio de la ciencia del cambio climático. ¿Vale la pena matar la economía estadounidense por esto? Ciertamente no.
Esta publicación apareció originalmente en https://www.phyllisschlafly.com/liberalism-and-conservatism/green-energy-wind-turbines-arent-worth-the-money/
