Nick Szabo, cuyos primeros escritos ayudaron a dar forma a la filosofía de Bitcoin, rompió su silencio con un hilo inusual que analiza lo que impulsa la criptomoneda más antigua del mundo. Según Szabo, Bitcoin todavía está subiendo su curva de aprendizaje, no técnicamente, sino psicológicamente, a medida que más personas comprenden su papel como una forma de ahorro a prueba de dilución y que minimiza la confianza en una economía global cada vez más volátil y un panorama monetario cambiante.
Al igual que las acciones calientes del NASDAQ, dijo, el patrón a largo plazo de Bitcoin implica la adopción de oleadas de progreso real, excesos especulativos y mucho ruido en el medio.
La tesis del dinero sano
Szabo explicó que la mayor parte de lo que obsesiona a los traders, como los datos macroeconómicos, la oferta de M2 y las correlaciones del oro, siguen siendo «señales secundarias». Eso, dijo, sólo importará cuando Bitcoin complete su ciclo educativo y ya no sea tratado como una inversión en tecnología. Hasta entonces, su gráfico refleja más las curvas de aprendizaje humano que los gráficos de inflación o los ciclos de mercado tradicionales.
Las señales de «dinero sólido» son reales, señaló, pero están enterradas bajo la especulación y, en última instancia, solo tomarán el control cuando madure la fase de adopción de bitcoin.
Cuando otro analista advirtió que Bitcoin podría tocar un «techo o un precipicio», Szabo desestimó las preocupaciones y afirmó que la historia del dinero y la arquitectura de Bitcoin ya mostraban lo que probablemente sucedería.
El mercado parecía menos filosófico al respecto (BTC cotizaba alrededor de $104,500, casi un 2% menos que el día anterior), pero el mensaje de Szabo llegó: la señal más importante de Bitcoin sigue siendo la educación, no la macroeconomía, y ese proceso apenas ha comenzado a desarrollarse.

